Historia
Nuestro Centro
Centro Psicológico Integral 40 años centrados en mejorar la calidad de vida en niños, jóvenes, adultos y familias
Este Centro (CAIA), fue fundado por la doctora Paula Peláez el año 1979, inspirada por un genuino interés y preocupación por los adolescentes. Los que en esa época, según ella, estaban en "tierra de nadie en salud", ni pediatras ni médicos de adultos.
El foco de la Corporación entonces estuvo centrado en niños y adolescentes propiciando su desarrollo y maduración en forma equilibrada.
Junto a un servicio gratuito, que abarcaba la atención médica y psicológica, además de algunas colaciones. También clases de inglés, matemática, francés y manualidades tal como artesanía, joyería, dibujos, y otros, que contribuían a rescatar los valores y capacidades de cada uno.
Su entusiasmo, compromiso y entrega profesional siempre fue contagioso y multiplicador, por lo que logró sumar a numerosos profesionales voluntarios, que encontraban en el Centro un lugar de aprendizaje y entrega muy valorado y apreciado.
Además de la cuota de los socios, consiguió fuentes de financiamiento en la Presidencia de la República y la Municipalidad de Ñuñoa. Bienes Nacionales le otorgó el comodato de la casa donde hasta hoy funciona la Corporación.
Su relación con los jóvenes quedó demostrada, cuando a mediados de los 80 los dirigentes de la Asociación de Guías y Scout de Chile le pidieron que aceptara ser su presidenta, a lo que ella acepta encantada. Inmediatamente decide recorrer todo el camino de formación del escoutismo, llegando a cumplir cada una de las etapas.
Nueva etapa de CAIA
- Cuando la doctora se retira, Patricia Conrads recibe el traspaso de la administración, haciéndose cargo de la continuidad del legado de la doctora Peláez.
- La realidad nacional evoluciona y con ella la del Centro. Pero mantiene la idea original centrada en la persona, su entorno y su desarrollo. Se aplica una atención integral con la familia y adultos. Con la idea de aportar a mejorar la calidad de vida, y en lo posible aportar a una salud preventiva.
- En cuanto a lo financiero, el Centro ha sido y es una Institución sin fines de lucro. A partir del 2010 termina el apoyo económico de la Presidencia y de la Municipalidad, quedando sólo Bienes Nacionales como nuestro benefactor. Por lo que el déficit operacional es cubierto por donaciones de privados.
- La gratuidad, se mantiene en casos extremos, para aquellos imposibilitados de pagar, y para el resto se aplica una tarifa diferenciada acorde al nivel de ingresos del grupo familiar al que pertenece el paciente. Con este criterio se mantiene el compromiso de acoger todas las necesidades de atención.
- Se abre a todo público, se extiende el espectro de atención de niños y adolescentes a jóvenes, familias, profesores, parejas y también a equipos de trabajo de empresas.Con diferentes tipos de atenciones: terapias, consultas, evaluaciones, coaching, talleres.
- Se conforma un equipo de trabajo multidisciplinario, incorporando psicólogas, con diferentes especialidades que enriquecen la atención integral.
Patricia Conrads Ruiz-Tagle
Siendo parte del equipo de Paula durante muchos años, tuve la oportunidad de compartir con diversos profesionales, todos adhonorem, apreciar la energía que generaba en el grupo, su pasión y su alegría al atreverse a transformar la realidad precaria de muchos adolescentes y lograrlo.
Fue un tiempo de generoso en el compartir. Y estoy muy agradecida de haber sido parte del grupo y a mi profesión que me lo permitió.
Recibir de ella este legado representó para mí, una gran responsabilidad, que no terminé de aquilatar sino hasta que ella partió de este mundo, dejando ese gran vacío que sólo dejan los grandes.
El CAIA, vive otra etapa y representa otro gran desafío. Mantenemos sus ideales, pero, con una sociedad muy diferente. Porque los adolescentes tienen otras necesidades. Los alumnos y docentes viven un momento crucial en la transformación del sistema educacional. Los padres y apoderados ocupan mucho de su tiempo en la subsistencia y les cuesta mantener relaciones formativas con sus hijos. Y a sus lugares de trabajo también llegó el cambio. Aun sin Pandemia, nuestra sociedad vive una realidad de extremo estrés.
Nuestro desafío se hace cada vez más complejo. Y hay mucho por hacer para el bienestar de las personas.
Sueño que muchos nuevos profesionales quieran participar del aprendizaje que genera el Centro, al compartir nuestras experiencias y conocimientos. Porque así, todos nos potenciamos como personas y profesionales y damos un mejor servicio a nuestros usuarios.
Me encanta lo que mi profesión me ha dado, y espero que cada uno de los integrantes del equipo actual y futuro gocen con lo que reciben de su profesión y se sienta feliz siendo parte de esta misión compartida.
El CAIA para mí, ha constituido una escuela de aprendizaje tanto en lo profesional como en lo humano.
Mario Mitniks - Presidente CAIA
Estando en EEUU en el año 1971, conocí a la Dra. Paula Peláez mientras ella trabajaba en la Oficina Sanitarias Panamericana.
Yo había sido su alumno durante mi pasada por la Escuela de Medicina, pero nunca habíamos tenido la oportunidad de conversar más profundamente. Yo era pediatra y estaba trabajando en EEUU, hicimos buenas migas. Ella volvió a Chile y perdimos contacto.
De vuelta a Chile, no supe de ella hasta 1992, cuando me enteré que daría una charla a los Boys Scouts, nos conectamos nuevamente y me informé de su acción en Chile por los adolescentes.
Llevaba casi 30 años de pediatra y sentía que la pediatría no estaba tomando a los adolescentes y que era un vacío que había que llenar. Entonces la doctora me hablo de su trabajo en la Corporación de Atención al Adolescente, lo encontré excelente, le pedí que me permitiera trabajar en el grupo, cosa que concreté desde comienzos de 1994.
Allí pude apreciar lo que estaba haciendo y pude comenzar a interiorizarme de los problemas del adolescente.
Seguí en el CAIA hasta que Paula dejo de trabajar, cuando tenía cerca de los 95 años. Con el grupo que ahí participábamos decidimos seguir, eso fue en el año 2005. Desde entonces estoy aquí, dirigiéndolo para continuar su obra, que tiene una importancia muy grande en el estudio y solución de los problemas de los adolescentes.
En estos más de 25 años de mi participación en el CAIA, he visto como ha ido cambiando la patología y las reacciones del adolescente y espero que esta Corporacion continúe creciendo y aportando a las nuevas generaciones de adolescentes.